Gabriela Fernández Cordero
Para iniciar, me gustaría mencionar por qué practico yoga, en realidad cuando empecé en este grupo estaba un poco escéptica porque lo que conocía de yoga se limitaba al tipo de clases que dan en los gimnasios donde: la respiración no importa, la ropa que llevas es escaneada por una que otra persona que se fija demasiado en eso hasta incomodar, el equilibrio no es un tema de conversación, la “armonía” del ambiente se mezcla con olor a sudor y música pesada del área de acondicionamiento físico y por si fuera poco, mis ojos me pasaban juzgando 60 minutos al verme siempre en el espejo (“que tiesura”, “juepucha panza se me ve”, “dichosa aquella que elástica claro con ese cuerpo”… etc.). Por lo anterior que me invitaran a hacer yoga pues no fue inicialmente un motivo de ilusión para mí.
Sin embargo, cuando Karito me explicó que era diferente, al aire libre, música suave, etc pensé que valía la pena hacer la prueba, como siempre digo: nada se pierde con probar. Lo peor que podía pasar era que no me gustara así que no volvía y listo.
Empecé a practicar, desde el inicio me sentí sumamente cómoda con el grupo y nuestra instructora, sentía como si estuviera en un espacio neutral, de forma prácticamente inmediata comencé a experimentar los beneficios y los comento a continuación:
Autocontrol: soy una persona algo acelerada que desgasta mucho tiempo pensando en el futuro y en todo lo que podría salir mal (suena horrible pero es la realidad), con yoga he aprendido a centrarme en el presente, en vivir el momento y en que si uno atrae lo positivo así será porque realmente a veces no es que las cosas salen mal. Es que nuestros ojos sólo ven el punto negro y no se concentra en todo lo bueno. Así que me ha ayudado a controlar esos impulsos, he mejorado, me falta aún mucho pero por lo menos tengo conciencia cuando estoy siendo cruel conmigo misma y escucho una vocecita que dice, viva el presente, atraiga lo bueno.
No juzgarse: un porcentaje importante de mi tiempo lo dedico a juzgarme: lo hice mal, me equivoqué, debía hacerlo de otra forma, actué mal, me veo mal, estoy gorda, etc. La práctica me ha enseñado a que mis pensamientos me condenan y me predisponen a lo que va a suceder. Entonces si pienso positivo y en lugar de juzgarme me auto-motivo los resultados serán mejores.
Equilibrio: tanto a nivel físico como mental, la experiencia ha sido como pasar de tener un cuarto lleno de basuras y telas de araña, cajas viejas, etc a irlo limpiando, abriendo ventanas, corre la brisa, etc. Ha sido como un reencontrarme y entender que la vida no es una tragedia si no una oportunidad de vivirla y ser feliz con lo que se tiene, no importa cuanto sea.
Físico: indudablemente mejoría en equilibrio, más fuerza en abdomen, brazos, piernas, mayor elasticidad, corrección de posturas al caminar, sentarme, etc.
Socialmente: cuando quito o por lo menos disminuyo los prejuicios me permito observar y poner atención a mí mismo y a los demás. Tener la capacidad de escuchar y aceptar los puntos de vista de otros sin pensar que tengo la verdad absoluta.
Para iniciar, me gustaría mencionar por qué practico yoga, en realidad cuando empecé en este grupo estaba un poco escéptica porque lo que conocía de yoga se limitaba al tipo de clases que dan en los gimnasios donde: la respiración no importa, la ropa que llevas es escaneada por una que otra persona que se fija demasiado en eso hasta incomodar, el equilibrio no es un tema de conversación, la “armonía” del ambiente se mezcla con olor a sudor y música pesada del área de acondicionamiento físico y por si fuera poco, mis ojos me pasaban juzgando 60 minutos al verme siempre en el espejo (“que tiesura”, “juepucha panza se me ve”, “dichosa aquella que elástica claro con ese cuerpo”… etc.). Por lo anterior que me invitaran a hacer yoga pues no fue inicialmente un motivo de ilusión para mí.
Sin embargo, cuando Karito me explicó que era diferente, al aire libre, música suave, etc pensé que valía la pena hacer la prueba, como siempre digo: nada se pierde con probar. Lo peor que podía pasar era que no me gustara así que no volvía y listo.
Empecé a practicar, desde el inicio me sentí sumamente cómoda con el grupo y nuestra instructora, sentía como si estuviera en un espacio neutral, de forma prácticamente inmediata comencé a experimentar los beneficios y los comento a continuación:
Autocontrol: soy una persona algo acelerada que desgasta mucho tiempo pensando en el futuro y en todo lo que podría salir mal (suena horrible pero es la realidad), con yoga he aprendido a centrarme en el presente, en vivir el momento y en que si uno atrae lo positivo así será porque realmente a veces no es que las cosas salen mal. Es que nuestros ojos sólo ven el punto negro y no se concentra en todo lo bueno. Así que me ha ayudado a controlar esos impulsos, he mejorado, me falta aún mucho pero por lo menos tengo conciencia cuando estoy siendo cruel conmigo misma y escucho una vocecita que dice, viva el presente, atraiga lo bueno.
No juzgarse: un porcentaje importante de mi tiempo lo dedico a juzgarme: lo hice mal, me equivoqué, debía hacerlo de otra forma, actué mal, me veo mal, estoy gorda, etc. La práctica me ha enseñado a que mis pensamientos me condenan y me predisponen a lo que va a suceder. Entonces si pienso positivo y en lugar de juzgarme me auto-motivo los resultados serán mejores.
Equilibrio: tanto a nivel físico como mental, la experiencia ha sido como pasar de tener un cuarto lleno de basuras y telas de araña, cajas viejas, etc a irlo limpiando, abriendo ventanas, corre la brisa, etc. Ha sido como un reencontrarme y entender que la vida no es una tragedia si no una oportunidad de vivirla y ser feliz con lo que se tiene, no importa cuanto sea.
Físico: indudablemente mejoría en equilibrio, más fuerza en abdomen, brazos, piernas, mayor elasticidad, corrección de posturas al caminar, sentarme, etc.
Socialmente: cuando quito o por lo menos disminuyo los prejuicios me permito observar y poner atención a mí mismo y a los demás. Tener la capacidad de escuchar y aceptar los puntos de vista de otros sin pensar que tengo la verdad absoluta.